
La comunidad educativa de San Antonio de Prado se enfrenta a un panorama complejo en el inicio del año escolar. La falta de conocimiento por parte de la ciudadanía sobre los procesos de contratación para la construcción y mantenimiento de escuelas agrava la percepción de abandono. Para los estudiantes, el regreso a las aulas significa encontrarse con muros rotos, olor a pintura, huecos en los pisos y escombros en sus instituciones.

Una docente del colegio Fe y Alegría El Limonar, Yury Cano, rectora de la institución, compartió su preocupación a través de un mensaje en un medio de comunicación:
«Estoy en la sede Ventanitas y me muero de la vergüenza al ver a los trabajadores en huelga porque no les han pagado. Como servidora pública, miembro de la Secretaría de Educación y maestra, siento tristeza con esta situación. Hago un llamado a la EDU para que resuelva este problema. Esto es el resultado de elegir contratistas sin músculo financiero; aquí todo se subcontrata. Espero una pronta solución. Gracias.»
Otra voz que se suma a las inconformidades es la de Jimmy Ospina, docente de la misma institución, quien expone los problemas persistentes en las instalaciones:
«Debían entregar las obras el 18 de enero, pero aún no están listas. El restaurante no tiene puertas, las llaves de agua en los lavamanos no funcionan, el baño de la garita no está terminado, y hay una brecha abierta que representa un grave riesgo de accidente. Además, las áreas como el baño de la operadora del restaurante, la bodega de aseo y la sala de deportes están llenas de basura, ropa sucia y otros desechos. Hay escombros y cables sueltos por toda la institución, incluso colillas de cigarrillo, ignorando que es un espacio libre de humo. Lo único completamente terminado son los techos. Mientras tanto, ya tenemos estudiantes asistiendo en jornada completa.»
En la escuela La Verde, la situación no es diferente. Los estudiantes tuvieron que ser trasladados a la sede principal debido al incumplimiento en los tiempos de entrega por parte del contratista.
La comunidad de San Antonio de Prado hace un llamado urgente a la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) y a la veeduría ciudadana para que supervisen y agilicen los contratos de construcción y mantenimiento de las instituciones educativas. La situación actual es lamentable y requiere atención inmediata.
