
En los últimos años, el avance del consumo de sustancias psicoactivas ha generado una creciente preocupación en comunidades de todo el mundo. Una de las drogas que más estragos está causando es el TUSI, también conocido como «cocaína rosa». Aunque su apariencia pueda parecer inofensiva, sus efectos devastadores van mucho más allá de una simple experiencia recreativa.
La cocaína rosa también se conoce como tusi. El compuesto original de la tusi era el 2C-B, una feniletilamina psicodélica. Cuando el 2C-B se volvió más difícil de conseguir, las organizaciones narcotraficantes optaron por un cóctel de drogas, que tiñeron de rosa y vendieron como cocaína rosa.
El TUSI no solo destruye hogares, sino que arranca a los jóvenes de sus familias, deja a padres desconsolados y a comunidades enteras sumidas en el dolor. Su costo real no se mide en dinero, sino en vidas rotas y en la dignidad perdida.
Esta sustancia se infiltra en todos los estratos sociales: se encuentra en escuelas, calles, zonas urbanas y rurales. No distingue entre ricos o pobres. Su poder adictivo es tal que con solo una prueba puede iniciar un camino sin retorno. «Prueba dos veces, y tu alma me pertenecerá», parece advertir la voz simbólica de esta droga.
Quienes caen en sus redes terminan robando, mintiendo y traicionando a quienes más aman. Los valores se desvanecen, y el dolor se convierte en rutina. El TUSI no solo consume el cuerpo, también destruye la mente. Provoca alucinaciones, sudores nocturnos, temblores y un deterioro físico y emocional alarmante.
Los testimonios son claros: esta droga arrebata todo, desde el orgullo hasta el último vínculo humano. Deja a las personas aisladas, sin hogar, sin familia y, en muchos casos, al borde de la muerte.
Un llamado urgente: no lo intentes. No es un juego. Es una trampa mortal.
Antes de consumir cualquier sustancia, piénsalo bien. No dejes que una decisión arruine tu vida. Decir no, también es un acto de valentía.

Créditos: Ivan Dario Bedoya- página DEA-redaccion :»un minuto en la horqueta»-
