
Medellín vive una transformación humana sin precedentes. Un grupo de 38 ex habitantes de calle, tras un año de intenso trabajo emocional, formativo y social, logró dar el paso definitivo hacia una nueva vida. El resultado: el 42 % ya cuenta con empleo formal y muchos más están emprendiendo.
Durante 12 meses de resocialización, estos valientes hombres y mujeres recibieron atención psicosocial, nutrición adecuada, apoyo emocional, formación técnica y acompañamiento permanente para reconstruir sus vidas.
> “Estas personas culminan una etapa de acompañamiento con herramientas que no solo les han permitido acceder a empleos formales, sino también emprender y abrir nuevas oportunidades”, destacó Sandra Sánchez, secretaria de Inclusión Social y Familia de Medellín.
Los cursos, ofrecidos por el SENA, incluyeron panadería, jardinería, informática, servicio al cliente y emprendimiento, además de orientación en habilidades blandas, manejo financiero y preparación para entrevistas laborales.
Una de las historias más conmovedoras fue la de Emilse Echavarría, quien con lágrimas en los ojos relató:

“La muerte de mi esposo me llevó al consumo, pensando que así lo reviviría. Fue en vano. Hoy, sobria, veo que estaba equivocada. En Centro Día, Granjas y luego en resocialización, aprendí a vivir de nuevo. Hice un taller de madera y monté mi chaza. Hoy soy feliz, y volví a nacer”.
Este proceso, liderado por la Alcaldía de Medellín, no termina con la graduación. Todos los egresados continuarán siendo acompañados en sus nuevos caminos, a través del seguimiento psicosocial del Sistema de Atención al Habitante de Calle, asegurando que no vuelvan atrás.
Medellín le apuesta a la segunda oportunidad. La transformación es real, y estos 38 héroes de carne y hueso son la prueba viva.
