Medellín vuelve a dar un ejemplo de transformación y resiliencia. Más de 800 armas incautadas en operativos de la Policía fueron fundidas y transformadas en una majestuosa escultura sonora que hoy simboliza arte, reconciliación y esperanza.
La obra, llamada “Fierro en clave de paz”, fue creada en la Institución Universitaria Pascual Bravo con el talento de profesores, estudiantes y la participación de la Red de Músicas de Medellín.
Lo que alguna vez fue sinónimo de violencia y miedo, ahora resuena como bombosil, trombal y pistonante, tres instrumentos elaborados con el metal de armas, cargadores y cartuchos entregados por la Policía en octubre del año pasado.
El rector de Pascual Bravo, Juan Pablo Arboleda Gaviria, destacó el sentido profundo de la iniciativa: “Vimos una bonita oportunidad para que, producto de la fundición, pudiéramos generar un elemento artístico por medio del cual enviar un mensaje de esperanza, paz, reconciliación y unión entre los diferentes actores, convirtiendo lo que en algún momento fue un elemento de violencia en elementos que pudieran generar vida”.
Por su parte, el secretario de Seguridad y Convivencia, Manuel Villa Mejía, celebró el proyecto: “Ese material, que alguna vez significó miedo, hoy se ha convertido en una escultura sonora que simboliza reconciliación, convivencia y la fuerza del arte como el camino hacia la paz”.
La escultura, que pesa cerca de 300 kilos y mide casi dos metros de altura, combina arte, ingeniería y diseño. Además, inspiró la creación de una obra musical inédita que refleja la transformación social que ha vivido Medellín.
La pieza fue presentada este viernes 3 de octubre en el campus de Pascual Bravo durante un conversatorio, y ahora será trasladada a la Ciudadela para la Cuarta Revolución y Transformación del Aprendizaje (C4TA), como símbolo de resiliencia en un lugar que antes albergó la cárcel de mujeres El Buen Pastor.

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