
En 1964, cuando Medellín apenas despertaba como ciudad moderna con 400.000 habitantes y cien toneladas de basura diarias, nació Emvarias, una empresa que, sin saberlo, se convertiría en guardiana de la limpieza, la memoria y el futuro de la ciudad.
Lo que comenzó como un servicio sin horarios fijos, informado por radio y prensa, pronto tomó forma de epopeya urbana: administró plazas de mercado, transportó multitudes y hasta cuidó de la Feria de Ganados. A finales de los setenta, cuando el río Medellín parecía condenado a ser basurero, la compañía dio un golpe de esperanza con el primer relleno sanitario de Colombia en la Curva de Rodas, un hito que cambió para siempre la gestión de residuos en el país.
La historia continuó con innovaciones dignas de un relato fantástico: la llegada de Linda Calle, un personaje que dio rostro a la cultura ciudadana; el nacimiento del Relleno Sanitario La Pradera, hoy segundo más grande del país; y la construcción de una planta de lixiviados considerada entre las más modernas de Latinoamérica.
Cada década ha sumado capítulos memorables: vehículos a gas que respiran más limpio, flotas con tecnología Euro VI, programas de reciclaje que rescatan miles de toneladas de materiales y, sobre todo, el trabajo silencioso pero heroico de más de 2.000 colaboradores que, día tras día, tejen la limpieza y el orden de Medellín.
Hoy, con 61 años de historia, Emvarias sigue siendo un gigante silencioso que no solo recoge residuos, sino que construye futuro, sostenibilidad y orgullo para más de un millón de usuarios. Una empresa que demuestra que la magia existe cuando la responsabilidad social y ambiental se vuelve parte del ADN de una ciudad.
✨ Medellín brilla porque Emvarias nunca deja de soñar. ✨

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